05 Ene Entrevista Afterworker: Daniel Marín
Daniel Marín es el cuarto de una humilde familia de cinco hermanos. Criado en Sevilla y alumno de la Pablo de Olavide. Licenciado en Administración de Empresas y Diplomado en Ciencias Empresariales y Relaciones Laborales. Su trayectoria profesional comenzó como comercial en Ikea aunque poco después fue auditor financiero en Deloitte. Actualmente trabaja como Business Analyst en el grupo Heineken.
Trabajas como analista financiero, ¿qué implica desempeñar este papel en una de las principales empresas del sector cervecero como lo es Heinken? ¿A qué te dedicas?
Me considero muy afortunado de ser parte de una de las pocas multinacionales de consumo con sede en nuestra ciudad. En una economía tan complicada como la actual es bastante reconfortante formar parte de una compañía que sigue apostando por sus marcas y su capital humano. Al formar parte de un grupo internacional las oportunidades de aprender con grandes profesionales se multiplican.
He desempeñado labores en el ámbito contable y de reporting financiero. En los últimos años me he centrado en la mejoras de procesos financieros de gestión de pagos y aprovisionamientos en la sede española. Sin embargo, recientemente me han dado la oportunidad de crecer como consultor de negocio ayudando a las filiales del grupo Heineken en países de Asia.
¿Cómo es trabajar para una gran empresa como Ikea o Heineken?
Para mí siempre ha sido un privilegio formar parte de compañías multinacionales como estas. El conocimiento siempre fluye y las ideas llegan de muchos más sitios. Las sinergías que se crean en empresas de este tamaño son de los activos más valiosos en un negocio.
En mi opinión son organizaciones regidas por la meritocracia, donde la mayor parte de tu crecimiento profesional depende directamente de ti.
Sin embargo, espero que el futuro me permita emprender o trabajar en compañías de menor tamaño para poder experimentar negocios menos estructurados y con mayor flexibilidad.
Seguro que has tenido que trabajar duro para llegar donde estás ahora, ¿qué obstáculos has encontrado en tu trayectoria profesional?
La mayor dificultad en mi trayectoria ha sido enfrentarme a mentalidades demasiado conservadoras y más estrechas que la mía. Desgraciadamente en España, y especialmente en Andalucía, aún nos cuesta mucho adaptarnos a nuevas ideas y formas de hacer las cosas.
¿A qué se dedica un analista financiero como tú en sus ratos libres?
Me enfrento a esta entrevista desde una cabaña perdida en medio de un precioso parque natural. Todo lo relacionado con la naturaleza y los deportes al aire libre me apasiona. ¡Ah! Y la música; para mí es el mejor catalizador de ideas que existe.
Ahora que paso gran parte de mi tiempo fuera de España, intento dedicar el tiempo a mi familia. No solo a la familia que la vida te da, sino a la que uno va eligiendo en el camino.
¿Cómo definirías tu experiencia afterworker?
Fue muy reconfortante ver que ideas tan cosmopolitas como Afterwork empezaban a promoverse en nuestra ciudad. He pasado ratos increíbles y conocido gente muy interesante en las sesiones Afterwork. Siempre tienen un toque muy divertido y actual. Creo que Afterwork ha llegado a un punto de madurez en el que deberíamos afianzar las relaciones profesionales entre los participantes y facilitar nuevas fórmulas de networking.
Háblanos sobre las ediciones de Afterwork en las que has participado, ¿qué te ha parecido el ambiente?
Afortunadamente he participado en la mayoría de las citas. Solo cuando he estado fuera por trabajo he tenido que faltar a una convocatoria. Aunque gracias a la web y el contenido en redes, uno tiene la sensación de no perderse nada.
El ambiente es inmejorable; pocas veces uno puede rodearse de tantos jóvenes profesionales con perfiles tan variados. Creo que es la baza principal de AW. Además los lugares elegidos para las citas son por sí mismos una maravilla.
¿Cuál ha sido tu edición favorita y por qué ha sido especial?
Recuerdo especialmente dos ediciones. Por un lado la del hotel Vinci La Rábida, por el enclave particular y poder compartir un buen vino con vistas a nuestra ciudad, y por otro lado la edición de La Noria, ya que nos ofreció la oportunidad de conocer buenas ideas de negocio y jóvenes emprendedores con mucho talento y energía.
¿Te ha resultado útil la experiencia? ¿La recomiendas?
¡No dejo de recomendarla! Todos mis compañeros y amigos ya conocen el espíritu AW. Lo mejor de todo es que creo que nos queda mucho por ver y aprender con vosotros.